Del viaje insistente a la causa freudiana: un encuentro en La Habana

Por: Mariela Rodríguez Méndez (Miembro de la NELcf - La Habana y de la AMP)

De izquierda a derecha: Damien Guyonnet, Gabriel Fabricio, Gabriel George, Rey Rodríguez, Adrian Price y Mariela Rodríguez

Con animadas preguntas comenzó un encuentro tan estimulante como singular. Invitaba Damien Guyonnet miembro de la École de la Cause Freudienne (ECF) y de la Asociación Mundial de Psicoanálisis (AMP) quien visitaba la Habana con Adrian Price traductor de los seminarios 4, 10, 19 y 23 de Lacan, al inglés. Acudían Gabriel George y Mariela Rodríguez, Miembros de la Sección de la Nueva Escuela Lacaniana del Campo Freudiano en La Habana (NELcf - La Habana) y de la AMP, con Rey Rodríguez Hechavarría y Gabriel Fabricio González, jóvenes que, desde su inserción en el Curso introductorio al psicoanálisis, cabalgan en carteles, grupos de estudio, actividades, análisis, apostando por una formación en la Escuela de Lacan. Un pequeño café del puerto de la villa de San Cristóbal de La Habana, en la tarde de jueves 17 de agosto, abrazaba el encuentro. 

Los visitantes estuvieron tan interesados por el psicoanálisis de orientación lacaniana en Cuba, como nosotros por su recorrido en el país del psicoanálisis. Una conversación hizo circular la palabra de cada uno, para enlazar cuerpos presentes en la invención de un decir a la orden de resonancias.  Estilo con sabor a Escuela, por sostener cada vez.

El curso en La Habana en torno al seminario 3 de Lacan sobre la psicosis, encausó la conversación que partió del uso del diagnóstico en la orientación lacaniana, desde las estructuras clínicas hasta los nudos, lo cual permitió distinguir la psicosis extraordinaria, de la ordinaria con sus signos discretos. Un primer caso clínico, presentado en jornadas de la École de la Cause Freudienne (ECF) por Damien: psicosis ordinaria melancólica por cierta identificación con el objeto de desecho (“soy un fracaso, una enferma, débil”), sin llegar al autoreproche, iluminó sobre el uso clínico de un diagnóstico que busca encontrar soluciones defensivas antes del desenganche (diferente al desencadenamiento de la psicosis extraordinaria).

Se mostró cómo el analista usa este diagnóstico para orientar la dirección de la cura e inmediatamente prescinde del mismo para apuntar a la solución singular que reanude el lazo, aunque sea por la vía de un seudo-fantasma. Definir una estrategia orientados a la defensa contra lo real, llevó en este caso, a operar como si fuera una neurosis histérica. Gracias a las posibilidades del dispositivo analítico para hacer emerger formaciones susceptibles de estructurar como un inconsciente transferencial, la existencia del sujeto dividido del discurso histérico puesta en relieve permitió, a este caso, tomar distancia de su identificación real con el objeto desecho.

El rigor metodológico para la formación, la transmisión, la traducción de Lacan se hizo escuchar en la base de una clínica del detalle. A nivel epistémico, leer los seminarios junto a los escritos de Lacan en el periodo correspondiente, interpretar momentos previos de la enseñanza a partir de otros posteriores (y viceversa), dilucidar los referentes históricos y de la época con los cuales se dialoga; articular Freud, Lacan, Miller y otros para localizar puntos de real en ese andar cojeando que nos relanza una y otra vez a hacer existir el psicoanálisis. En la clínica, el rigor del control y en la producción de un analista, su análisis personal. 

Y todo esto en esa Escuela lanzada por Lacan, que aprende de los impasses de Freud y no escatimará esfuerzo para formar a los que consientan a un trabajo decidido en lazos transferenciales. Escuela Una en la orientación, que tiene entre sus consecuencias analíticas desdibujar fronteras para propiciar encuentros como este, que relancen el deseo por la causa y tejan lazos por sostener en el país de psicoanálisis. ¡Continuemos!