Ecos de un banquete de Escuela. Presentación del libro Polémica Política de Jaques-Alain Miller en la ELP.

Por: Yanet Morejón Hernández (Asociada NEL-Delegación La Habana)

Mujeres bacanas. Belkis Ayón (1967-1999).

Lo ocurrido el día 2 de mayo fue más el despliegue de una conversación que una usual presentación de libro. Polémica Política, de Jaques-Alain Miller, fue puesto al debate con cuestiones de la época actual.

Aquello fue un banquete de analistas, una fiesta inconclusa, con ecos inter-escuela. Miller inauguró el Zoom y disfrutó la transmisión que se hizo posible a través de la pantalla. Para quienes nunca lo habíamos visto y escuchado en vivo, esta fue nuestra primera vez, un encuentro de cuerpos vibrantes que ha tenido efectos. Pongo al trabajo a modo de resonancias algunos de esos efectos que he podido ubicar.

Política y clínica: presencia del analista

Hace un tiempo atrás pensaba que el psicoanálisis de orientación lacaniana marcaba de una manera particular los modos de hacer la clínica y no servía para leer fenómenos sociales. Pasado el tiempo, participando en los debates de la Escuela y conociendo la existencia de Zadig, pude notar que la interpretación del analista sobre su época se descorre de lo estrictamente político y del sentido común, y a veces no se entiende muy bien, quizás, porque apunta al goce que mina lo social.

A lo largo de la conversación en torno al libro de JAM, se repitió esta frase de Lacan en más de una ocasión por diferentes analistas: “Mejor pues que renuncie quien no pueda unir a su horizonte la subjetividad de su época”[1]. A ella se suma una pregunta que pone en tensión la versión del psicoanalista refugiado en su consulta, ocupado de lo Uno, y la versión del psicoanalista que abre sus puertas, deja entrar el debate público y además participa de él, como puede. Dice Miller que “lo clínico es una parte esencial, pero eso no debe dirigir la política fundamental de la Escuela”[2].

¿Por qué nos cuesta tanto introducirnos en el campo de lo político como analistas de la Escuela? “¿Por qué (…) nos cuesta tanto (…), producir una interpretación, que tenga olas?”[3]. ¿Qué alternativas tenemos para ello?

¿Qué articulación posible entre la política, la clínica y la presencia del analista?

En el Seminario 11, Lacan plantea que la presencia del analista está vinculada a la apertura y cierre del inconsciente, entendido este como una pulsación temporal[4]. Extiende la presencia del analista más allá del consultorio cuando se refiere al descubrimiento freudiano del inconsciente y los efectos de rechazo en la comunidad científica de esa época. La peste de la que hablaba Freud subsiste aún porque se diluye, como la pérdida traumática y la búsqueda siempre fallida, de la cual el analista es testigo con su presencia.

Hay una invitación recurrente desde la Escuela a autorizarse, a intervenir en las cuestiones de la época, siempre acompañado de los riesgos y efectos que eso genera a posteriori. Como dice Miller, participar en el debate público es una condición de nuestro ejercicio profesional[5], hacerlo no sería seguirles el juego a los partidos políticos, sino aportar una perspectiva analítica, interpretar y hacer notar los axiomas de los discursos en los debates. Algo que él ha reiniciado con su trabajo Dócil a lo trans.

No existen los espacios idóneos. En algunos países el analista tiene espacios ya creados y establecidos, escribe, interpreta, y algo de lo que dice se hace escuchar, incluso, más allá de la comunidad psicoanalítica. Tampoco hay garantías de que eso funcione, ni de que sus significantes se inserten de alguna manera posible en la maquinaria social.

Pienso en las particularidades que tenemos los psicoanalistas de la NEL-Delegación La Habana para la intervención en espacios de debate públicos. Pienso en la presencia del analista y la transferencia hacia el psicoanálisis, que es casi nula en nuestro país. ¿Habrá que tomar riesgos y hacer presente el objeto a que se esconde como producto a través de los discursos amos?

Pienso también en la ética del bien decir que dista mucho de aclarar el lugar del Bien y de una ética universal. La ética del psicoanálisis no es otra que la ética del bien decir[6]. Implica orientarse por el inconsciente, por su estructura, sostener el discurso en el que uno se enmarca, sostener su enunciación y hacerse cargo ello. No habrá presencia del analista allí donde el bien decir sea nulo.

¿Cómo introducir la ética del bien decir en los debates públicos desde nuestras intervenciones?

La formación analizante

Sobre la formación del analista, Miller nos alerta del cierto confort que genera el término y aclara que no es de su gusto por considerarlo del orden de lo Imaginario. Ya no estamos en la época de los maestros, estamos los unos al lado de los otros como se ve en las pantallas de los encuentros virtuales[7]. En este sentido me atrevería a referirme a la formación del analizante, en definitivas cuentas, el analista está en posición de analizante, incluso cuando transmite su saber porque está advertido de que es un saber incompleto.

JAM nos invita a pensar la formación en estos tiempos como una conversación democrática, el hablar juntos. La vida de Escuela posibilita ser partícipes de conversaciones de este tipo, donde miembros y asociados pueden tomar la palabra y dar cuenta de su enunciación singular. Somos invitados a hacer nuestras lecturas y el inconsciente no escapa de ellas. La lógica del errar en lo que se dice es inherente a los discursos: los incautos, porque no están enamorados del inconsciente y los no incautos porque sí lo están incluso cuando reconocen que el inconsciente es un saber fastidioso[8].

¿Cómo estar advertidos del silencio que en ocasiones nos habita? Me refiero a ese silencio entendido como inhibición que entorpece la transferencia de trabajo. Estar orientados por lo Real podría ser una respuesta que dice mucho, pero al mismo tiempo no dice nada, porque no hay un solo Real. Ahí estaría el análisis personal para trabajar y poder sostener cada vez un poquito más los Reales de cada cual. Es con esa mochila cargada que dialogamos, intervenimos e interpretamos desde una posición analizante, sólo así el peso se aligera de a poco.

El AE está para analizar la Escuela, interpretarla como Sujeto desde una perspectiva analítica. Miller invita a extenderlo más allá de la Escuela para ser analistas de los fenómenos sociales[9]. Si bien el AE por su recorrido podría estar mejor orientado para intervenir en los debates públicos, eso no limita a los miembros y asociados de las Escuelas a hacerlo. Quizás el ejercicio pueda nacer a lo interno de la Escuela y encontrar orientaciones posibles en el propio intercambio, también en los carteles, para luego hacer escuchar algo del decir del Uno y algo de la posición de la Escuela gracias al trabajo en transferencia.

Lo Woke y lo Trans

Hacia el final de la conversación Miller invita a ser dóciles a los jóvenes, continuando su lógica sobre ser dóciles a lo trans. Dice que escucha la influencia de los movimientos woke en ellos. Y sí, a través de sus discursos se hace un llamado al despertar que, si bien por un lado intenta abrir los ojos con sus reclamos, por otro lado, nubla la vista con lo subyacente: la identificación a algunos grupos y la segregación.

Miller y Marie-Helene Brousse han hablado recientemente sobre la fraternidad en estos movimientos. La evaporización del Nombre del Padre hace que haya una sustitución del padre por los hermanos y da lugar a la excepción como el universal[10]. Esto requiere de nuestra atención, ya algunos analistas de la ECF han dado cuenta de cómo los analizantes introducen estas problemáticas en el consultorio.

Este es un tema bien polémico, por ahora y para finalizar, me interesa apuntar algo de estos movimientos, ante lo que podríamos ser dóciles. Es la invitación a despertar, a escuchar en esa multiplicidad lo uno que se pone en juego. Ser susceptibles a escuchar el inconsciente Real que despierta como en un sueño, escuchar eso que goza.


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[1] Lacan, J. (2009). Escritos 1. México: Siglo XXI, 2009; p. 308.

[2] Intervención de Jaques-Alain Miller en la Presentación del libro Polémica Política de Jaques-Alain Miller (2 de mayo de 2021).

[3] Intervención de Ana Aromí en la Presentación del libro Polémica Política de Jaques-Alain Miller (2 de mayo de 2021).

[4] Lacan, J. (2010). El seminario de Jacques Lacan: Libro 11: Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis. Capítulo X. Presencia del analista. Buenos Aires: Paidós.

[5] Intervención de Jaques-Alain Miller en la Presentación del libro Polémica Política de Jaques-Alain Miller (2 de mayo de 2021).

[6] Lacan, J. (2012). Televisión. Otros Escritos. Buenos Aires: Paidós.

[7] Ídem.

[8] Ídem. Referencia a Lacan, J. El Seminario: Libro 21. Los no incautos yerran. Versión Inédita.

[9] Intervención de Jaques-Alain Miller en la Presentación del libro Polémica Política de Jaques-Alain Miller (2 de mayo de 2021).

[10] Brousse, M.H. (2021). WOKE or Racism in the Time of the Many Without the One (Parts 1-2). Lacanian Review Online, 29 de mayo de 2021.